La Iglesia de Santa María de la Concepción de los Capuchinos, o Cripta Capuchina, en Roma, fue construída en el s.XVII y es una de las iglesias más importantes y curiosas de Roma.
Tras la finalización de la construcción de la iglesia, los huesos de unos hermanos capuchinos fueron transportados hasta la cripta, y un fraile pidió que se colocaran de una manera "artística". Ahora, se encuentra decorada por los huesos de varios hermanos capuchinos fallecidos entre los siglos XVI y XVII. Están ordenados de una forma que resulta tanto sorprendente como macabra. Además, en la última bóveda están los esqueletos de 3 niños, sobrinos del papa Urbano VIII. Esta cripta era, además el lugar donde los monjes bajaban a rezar.
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